jueves, 27 de agosto de 2015

Escultura Olmeca


                                                                      Escultura

El arte olmeca se nos muestra a los ojos de los ciudadanos del siglo XXI, como de los más importantes de su época, teniendo en cuenta que estamos hablando, de las manifestaciones artísticas de una civilización antigua.
Y si podemos afirmar que este pueblo, alcanzó cotas de gran maestría en todas las artes, también es importante decir que fue en la escultura donde mostraron más brillantez.


Los temas tratados en sus esculturas eran variados intentando en las mismas, plasmar la realidad mágica que los rodeaba en todo momento.
Las figuras humanas suelen estar o mezcladas o con rasgos animales, siendo casi siempre el elegido el jaguar, por los poderes mágicos que el pueblo olmeca le otorgaba, o con rasgos fantásticos, en los que se distorsionan las formas y se dotan a los hombres de poderes casi divinos y relacionados generalmente con la naturaleza.

Las raras ocasiones en que la figura humana aparece individualizada lo hace también con connotaciones mágicas, pero estas reflejadas a través de la magnitud de las mismas.

De este modo se entronca al hombre y al mito, a lo natural y a lo sobrenatural, creando un universo mágico que utilizaban en todos los aspectos de la vida.
La escultura olmeca la podemos dividir, a efectos puramente explicativos, en dos grandes grupos: las esculturas pequeñas, y las esculturas colosales.


Por lo que respecta a las esculturas pequeñas, decir que sobre ellas tenemos un desconocimiento bastante amplio.
A pesar de los numerosos hallazgos realizados en toda el área olmeca, todavía hoy no se sabe que procedimientos eran utilizados para obtener una talla tan exquisita.
Esta exquisitez en el tallaje, no encuentra parangón en las culturas coetáneas de los olmecas, ya no en los otros pueblos mesoamericanos, sino en el resto de culturas de todo el mundo.
Para realizar estas esculturas se usaron piedras semipreciosas tales como el jade, la serpentina, la hematina que a base de pulirlas llegaban a tener reflejos cristalinos.
Solían utilizarlas como amuletos o como adornos, y tanto para ser usados por hombres como por mujeres.
En cuanto al otro tipo de esculturas, es decir, las esculturas colosales, conforman una de las expresiones escultóricas más conocida de las culturas mesoamericanas.
Se trata de esculturas humanas de grandes dimensiones que representan grandes cabezas humanas, con rasgos específicos cada una de ellas.
No se sabe a ciencia cierta que es lo que representan este tipo de esculturas, si bien se sospecha que podría tratarse de antiguos reyes olmecas o grandes señores; otras teorías apuntarían a que estaríamos ante jugadores de pelota, juego habitual de las distintas culturas mesoamericanas, porque el tocado de las cabezas es similar al casco de protección de los jugadores de este deporte.
De lo que si podemos estar seguros, hoy en día, es de que estaban cubiertas de pintura porque se han encontrado restos que así lo demuestran.
Lo que más llama la atención de este tipo de esculturas, son dos detalles que las hace si cabe más misteriosas: uno, que siempre han aparecido bajo tierra, a pesar de su gran tamaño, y dos, que están hechas de enormes piedras calizas, basalto y andesita, que no se encuentran en el área de los olmecas, sino en una cantera situada a más de 85 kilómetros de distancia, por lo que el esfuerzo humano para realizarlas tuvo que ser muy considerable.
El predominio de estructuras geométricas, los rasgos negroides y la magnitud de sus proporciones hacen de estas esculturas unas piezas únicas.
Hoy en día se tiene conocimiento de 17 cabezas. Cada una de ellas mide hasta cuatro metros de altura y pesan varias toneladas. Aunque están desperdigadas por toda el área olmeca, la mayor concentración de cabezas colosales apareció en el territorio de San Lorenzo.
El significado telúrico y no sólo ornamental que tiene la escultura olmeca queda demostrado con el hecho de que muchas de ellas han aparecido con sus rasgos mutilados.
Aunque hay diversas teorías sobre esto, como la más aceptada es que este hecho se dio en la decadencia de la civilización, cuando las distintas ciudades eran conquistadas o abandonadas por la influencia de otros pueblos, para que aquello que había formado parte de su vida, no lo disfrutaran otros.

sábado, 15 de agosto de 2015

Olmecas






La cultura Olmeca o cultura madre mesoamericana fue un civilización antigua precolombina que habitó en las tierras bajas del centro-sur de México, durante el periodo Preclásico Medio mesoamericano, aproximadamente en el estado mexicano de Veracruz y Tabasco en el istmo de Tehuantepec.

Las principales formas artísticas de los Olmecas que sobreviven a pesar de los siglos son las Cabezas Monumentales y pequeñas obras hechas de piedras preciosas. Mucha del arte olmeca es altamente estilizada y refleja un significado religioso. "Sin embargo, algunas de las obras de arte de los olmecas son sorprendentemente naturalistas, exibiendo una relativa precisión a la anatomía humana, probablemente solo apenas igualada por el arte mesoamericano de la cultura Maya. Motivos comunes incluyen bocas caídas y ojos mongólicos, ambos vistos como                                                                            representaciones de hombres jaguares"



Durante mucho tiempo se consideró que la olmeca era la cultura madre de la civilización mesoamericana.1 Sin embargo, no está claro el proceso que dio origen al estilo artístico identificado con esta sociedad, ni hasta qué punto los rasgos culturales que se revelan en la evidencia arqueológica son creación de los olmecas del área nuclear. Se sabe, por ejemplo, que algunos de los atributos propiamente olmecas pudiesen haber aparecido, primero en Chiapas o en los Valles Centrales de Oaxaca. Entre otras dudas que están pendientes de respuesta definitiva, está la cuestión de los numerosos sitios asociados a esta cultura en la Depresión del Balsas (centro deGuerrero). Sea cual haya sido el origen de la cultura olmeca, la red de intercambios comerciales entre distintas zonas de Mesoamérica contribuyó a la difusión de muchos elementos culturales que son identificados con la cultura olmeca, incluidos el culto a las montañas y a las cuevas; el culto a la Serpiente Emplumada, como deidad asociada a la agricultura, el simbolismo religioso del jade e, incluso, el propio estilo artístico, que fue reelaborado intensamente en los siglos posteriores a la declinación de los principales centros de esta sociedad.